EQUIPO JAPONES
En ésa época del año en la que se acercaba el verano, y en otros lugares
se acercaba el otoño, en esa época, el joven viajaba por el mundo.
Pero ese viaje estaba a punto de finalizar.
En la calle se escuchaba un tango argentino. El joven no había aprendido ni un sólo
paso de tango a pesar de llevar más de un mes en ése país (Argentina).
Seguro que Benimaru se reiría de él por ello, pero no se encontraba allí para
aprender bailes.
Mientras silbaba el tango al unisono del que se escuchaba en la calle, el joven
iba caminando con las manos en los bolsillos de su chaqueta de cuero. La calle estaba
ligeramente iluminada por unos ya viejos neones.
En ese mismo insante el joven se dió repentinamente la vuelta. La mochila que llevaba al hombro
se le cayo allí mismo. Apretó los puños ligeramente y se preparó para el peligro inminente.
"¿Quiénes sois?"
Dijo el joven caminando lentamente hacia la oscuridad con voz baja...
De repente reparó en que de la mejilla le salía un fino hilo de sangre.
"Tú eres....Kusanagi....Kyo, no?"
De la oscuridad salieron dos jovenzuelos, uno de ellos llevaba el pelo cortado
como un champiñon y a su lado había una chica de pelo corto. Los dos tenían en la mirada
una oscuridad más profunda incluso que aquel lugar.
"Esa sensación, la recuerdo por algun motivo..."
A la vez que miraba a los dos extraños chicos el joven Kusanagi Kyo rápidamente
limpió el corte de su mejilla.
"Sois esos.....sois colegas de "como se llame"? que demonios queréis de mi?"
"........"
Los chicos, sin responder a la pregunta de Kyo, jugaban con una especie de lazo que
tenían entre sus manos.
Kyo fijó la vista entornando los párpados en ese "lazo".
Lo que tenían en las manos era un parche de ojo de cuero negro.
Al verlo, Kyo no pudo evitar recordar a cierto militar que usaba uno como ése.
"Si estos chicos le han quitado el parche a quién me estoy imaginando, deben tener una
fuerza fuera de lo común..."
El cuerpo del chico no parecía el de un luchador. Tras su polo podía verse un cuerpo
extremadamente delgado, no obstante, denotaba una agilidad que podía ser la clave
de su fuerza real.
"Ya veo, así que no sois unos simples ratones,....y que demonios queréis de mi?
Si seguís callados significa que no queréis nada, así que dejadme pasar de inmediato"
"Sólo eres palabrería."
El chico se puso en su ojo izquierdo el parche y con su mano izquierda, cuyas uñas
eran bastante largas, señaló a Kyo.
"....Y así es como nos conocemos por primera vez. La verdad es que no eres lo que esperaba,
Kusanagi Kyo, ¿cómo puede ser tan débil el poseedor de La Espada?"
Frente a un Kyo con un corte en la mejilla, el chico y la chica se miraron y empezaron a reírse
en voz baja. No obstante, aunque estaban humillándole, Kyo no mostró nada de enfado. Al
contrario, su boca esbozaba una ligera sonrisa.
"Habláis mucho, pero no os estáis pasando un poco?"
"¿Que diablos dices?"
"¿Aún no te has dado cuenta?"
Kyo señaló al chico, la parte del pecho de su polo estaba cambiando a cenizas y se caía
a pedazos.
"....!"
La expresion del chico cambio de golpe.Kyo no estaba suficientemente enfadado,
de estarlo posiblemente el chico estaría ahora en el suelo ardiendo entre las llamas
de Kusanagi.
El chico pareció darse cuenta y cambió el tono de voz.
"...Ciertamente nos equivocabamos contigo, pero al revés, eres mas poderoso de lo que
creíamos"
"Vaya, parece que te has dado cuenta."
Kyo movió su cuello.
"...Bien, ahora voy a por ti!"
"Un momento."
Justo parando el ataque de Kyo, el chico le lanzo una cosa blanca.
"...?"
Kyo lo recogió. Era un sobre blanco con una estampa roja con la letra "R" tallada,
todo le resultaba familiar"
Kyo desvió su mirada de la carta hacia los chicos y les preguntó
"...Por que tenéis esto vosotros?"
"Porque si huyes nos meteríamos en lios, queríamos asegurarnos de que la carta
de invitacion te era entregada, pero parece ser que no tenías intención de huir"
El chico junto a la chica empezó a caminar hacia atráas metiéndose en la oscuridad.
"Te hemos entregado la carta, Kusanagi Kyo, quede claro. Es posible que haya sido entregada
también a gente que te es familiar, no nos decepciones"
"No es necesario que me lo digáis"
Kyo volvió a mirar la carta tras perder de vista a los chicos en la oscuridad. Sin
haber abierto aún el sobre, en su interior sabía de lo que se trataba.
Kyo guardó la carta en la mochila y sonrió.
"Bueno, mientras me permitan pelear con eso basta, lo único que quiero es acabar con ese cabrón"
?????
Benimaru le preguntó a Kyo mientras ajustaba el espejo retrovisor de su coche en un semáforo
en rojo.
"Ahora que lo pienso ¿has ido a ver a Shingo al hospital?"
"Paso."
"Hace poco Yagami Iori visito a Chizuru, o eso he oído"
"Eso me interesa menos aún."
Kyo se recostó y bostezó. Hacía menos de una hora que acababa de reencontrarse con
sus compañeros y, fuere para bien o para mal, Kyo no había cambiado nada. Aún siendo ya un adulto,
tenía facetas infantiles. Venía del extranjero de entrenar sus habilidades, así que podía decirse
que lo único que realmente había cambiado era su fuerza.
Benimaru miró a Goro Daimon a través de retrovisor que estaba en el asiento trasero y se rió
bajito.
"¿Que pasa?"
Pregunto Kyo a Benimaru mirándole de reojo.
"El qué?"
"Te acabas de reír, no?"
"Que va..."
"....hmmm"
Kyo reclinó el asiento y miró fuera.
"Cambiando de tema, Daimon"
"Dime, Kyo"
"¿No es problema que dejes temporalmente tu trabajo?"
"Siempre soy el mejor Judoka, no necesitas preocuparte"
Benimaru arrancó el coche silenciosamente, cómo dejando atrás
la extrema seriedad de Daimon.
"Gorito, hasta que acabe el torneo dejas de dar clases no?"
"Eh? entonces no puedes perder. Hazlo por tus alumnos"
"Por supueso, no voy a perder. ......Vosotros vais igual de mentalizados no?"
"...bueno...."
Era como si el viento que entraba velozmente por la ventana del coche estuviese
reuniendo a unos viejos amigos. Kyo se relajó y sonrió.
"Hey, Benimaru, Daimon"
"¿Qué?"
"Puede ser mal momento preguntarlo pero... ¿os importa?"
"Que diablos... Dispara"
"En este siguiente torneo, no sé quién lo esta llevando exactamente, pero el que está moviendo
los hilos detrás seguro que es ese cabrón"
Hasta ahora, Benimaru y Daimon le habían temido como adversario, pero las palabras de
Kyo que les hizo pensar lo que seguro que les esperaba, no lograron ni asustarles ni desanimarles.
"Bueno, en realidad ya me lo imaginaba."
Le dijo Benimaru a Kyo con una sonrisa fría.
"Cuanto más fuerte es el enemigo, más ganas me entran."
Daimon cruzó unos brazos enormes como dos gigantes ramas de arbol y sonrió.
"Nos lo dices un poco tarde, no?"
"Sí, cierto"
"Callaos!"
Kyo cerró los ojos como para que le dejasen en paz.
?????
El joven volvió a su sitio, con sus compañeros, y posiblemente le esperaba el enemigo
de siempre.
Para que Kyo "ardiera", eso era más que suficiente.
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